Comprensiblemente aunque sólo fuera por ética y responsabilidad deberían de cesar en sus cargos (remunerados) o cesarles los responsables en orden a la equidad y el esfuerzo que se debe siempre primar. Y nunca las irregularidades que conllevan a una situación incomprensible e impensable y jamás mirar para otro lado como si no pasara nada (pues sucede algo grave). Las situaciones serias obligan a tomar decisiones complicadas y no fáciles, pero no queda más remedio que hacerlo sobre todo para no ser cómplice.
Las ayudas son lobles y comprensiblemente muy necesarias como los consejos de un experto, pero sólo caben dentro de la legalidad. El fin no puede justificar los medios, y mucho menos en un caso tan flagrante que conlleva además una malísima imagen y consecuencias. No vale todo.