Deben ser un paso necesario e intermedio pero nunca un objetivo. Los requisitos que tienen son muy cuestionables; sobre todo en doma, salto en pista y el tiempo del cross.

Las clasificaciones en concurso completo (“MER”) son los requisitos que exige la Federación Ecuestre Internacional para que exista la posibilidad de subir de nivel (estrellas), algo que ocurre en casi todas las disciplinas, ya que se pide unos mínimos; y en la que nos estamos refiriendo además tratar de evitar los tan indeseados accidentes que, comprensiblemente, se dan en un deporte de riesgo y que tanto daño hacen a la disciplina.

En casi la generalidad de las competiciones los “MER” son: en doma no más de 75 puntos; en  el cross no tener una parada en los obstáculos y no superar los 90 segundos en 1, 2 y 3 estrellas (120 segundos en cuatro estrellas); y en el salto en pista no más de 16 puntos sobre los obstáculos.

En doma se es bastante -por no decir mucho-  permisivo. Un doma de 75 es muy mala. Si repasamos un poco los últimos completos importantes vemos que los últimos JEM se ganó con 33, el último Campeonato de Europa con 33.3, los últimos JJ.OO con 40.6, Burghley con 45.8, Pau con 39.3, Kentucky con 41, Saumur con 42.6, Badminton con 39.7, Bramham con 43.6, Luhmühlen con 38…

En el cross es más complicado las faltas en los obstáculos que el tiempo, pues 20 puntos en los obstáculos (el año pasado se podía) es fácil tenerlos y a mi modesto entender no implica una mala disposición. Pero, sin embargo, poder penalizar en un tres estrellas 90 segundos es una exageración -ya no digamos en una estrella-, que no implica para nada estar practicando completo. Una penalidad por tiempo de 15 ó 20 segundos es perfectamente entendible pero tanto no lo es en condiciones normales. Hay quién a ello añade que afrontar los saltos a un velocidad baja es negativo para el caballo y hay quién también piensa que un tiempo prolongado es una irrealidad para algunos caballos, dado que si galopan cerca del tiempo óptimo sus reflejos quedan totalmente perjudicados con la facilidad que ello conlleva de una importante caída.

En el salto en pista, pensamos igual que en doma. No hay que engañarse 16 puntos es una barbaridad y no guarda ninguna relación con no poder tener falta en el cross sobre los obstáculos.

Todo este baile de cifras con su consiguiente aburrimiento y casi ilegibilidad, es para expresar la opinión que los “MER” aunque necesarios no deben ser para nada el objetivo final sino un paso intermedio. Y más aún cuando a algunos caballos con dichos requisitos se les sube a un nivel en el que algunas veces no van a competir y otras, sí se hace, no es con resultados nada satisfactorios. Los “MER” deben ser sólo un paso intermedio y nunca una “patente de corso”. Algo necesario que sí en varias ocasiones no se consigue es que nos estamos equivocando. Los “MER” implican un lógico conservadurismo pero hay que competir dentro de los parámetros de la disciplina.

Que no se tome ni mucho menos este artículo como un reproche hacia los jinetes, sino como el estímulo que siempre debe existir en el deporte. Por descontado que en España hay muy buenos jinetes que deben porque pueden optar a resultados muy interesantes, aunque siempre tendrán en contra que nuestra competición es mucho peor en calidad y cuantía que la que existe en otros países, uniendo nuestra lejanía de muchas competiciones internacionales. Pero no hay que olvidar tampoco que España ya ha tenido unos JJ.OO y unos JEM y su cross excepcional nunca se ha vuelto a usar.

Dicen muchos que España no puede mejorar en doma. No estoy para nada de acuerdo. Lo mismo se dijo años atrás por personalidades ecuestres de la doma clásica y luego nos llenamos de medallas. ¿Tuvo algo que ver un entrenador que conocía muy bien el tema? Posiblemente no sea cuestión de insistir exagerdamente en el tiempo, sino hacerlo de la forma adecuada.

De todas formas, hay siempre que distinguir entre los profesionales y los aficionados y también entre los jinetes noveles.

Video Luhmühlen 2013