Que la situación actual en casi todos los órdenes no funciona correctamente es un hecho, y ello obliga a los cambios que demanda de forma mayoritaria la sociedad. Cambios que comprensiblemente impedirán unas derivas bruscas e indeseadas. El buscar ideas nuevas no quiere decir que anteriormente se estuvo actuando equivocadamente, sino es simplemente adecuarse a la situación actual.
Es un asunto que compete de forma mayoritaria a la sociedad (en España tenemos un claro ejemplo). Y en el deporte también hay que tratar de adecuarse y lógicamente en el ecuestre y por ende en el completo que es del que vamos a hablar.

La situación actual del completo español no es la mejor, pero tampoco lo ha sido nunca. Indudablemente es muy difícil los cambios drásticos en una disciplina muy poco arraigada en nuestra cultura y afición hípica.
De todas formas, es posible -tal vez no- tomar algunas medidas que procuren la mejoría.
El completo español, posiblemente por lo dicho anteriormente, tiene mucha menos participación que otras disciplinas olímpicas. Pero, sin embargo, el aumento es evidente en los últimos tiempos.
En las propuestas de competiciones para 2015 se ve con claridad que su número respecto a otras está disminuido de una forma exagerada. No es aceptable en ello culpar ni a las federaciones, ni a los comités organizadores, ni mucho menos a los jinetes, ni a los propietarios, ni a los aficionados… En ello hay que hacer el comentario obligado de que la federación nacional es al completo a su única disciplina que ayuda económicamente.
No obstante, se debe intentar aunar criterios con las asociaciones de cría. No enrocarse cada uno en sus ideas sino tratar con el diálogo -es perfectamente factible- procurar lo mejor para la disciplina en general, huyendo de personalismos.
Lo anteriormente dicho, puede conllevar a una adecuación de nivel en las pruebas conveniente y el tatar de que las pruebas nacionales y las de caballos jóvenes caminen de la mano realizándose al mismo tiempo.
De esto último se beneficiaría la economía del completo español (¡qué necesario!) y los jinetes tendrían el gran beneficio, también, de abaratar mucho sus costes, pues entendiblemente no muchas competiciones en nuestro país les obligan a desplazamientos muy largos y cuantiosos no sólo económicamente sino desde el punto de vista del esfuerzo físico que les supone. Asimismo, los comités organizadores evitarían muchas duplicidades que tanto daño económico están haciendo en España.
La unión de las competiciones no tiene que implicar en absoluto que unos se inmiscuyan en las competencias de otros. Ello ya ocurre en la doma clásica en que la mayoría de las competiciones nacionales no sólo llevan asociadas la de los jinetes menores sino la de los caballos jóvenes; y, además, cuando se sabe que el entrenador nacional ojea los caballos jóvenes (normalmente PRE) para su posible incorporación en el tiempo debido a compromisos de equipo.
No parece muy entendible que en las pruebas nacionales menores a tres estrellas se recojan emolumentos económicos si no se participa con caballos jóvenes, lo cual puede perfectamente ser una idea que algunos no compartan. Lo mismo no quiere decir que no tengan que existir -la afición las demanda y la cantera hay que cuidarla- ni que no puedan competir todos para entre otras cosas poder adquirir los requisitos que piden algunas competiciones internacionales. Es absurdo pensar que en un nivel no alto nacional se tienen que obtener emolumentos de dinero, pues ello va totalmente en contra de lo que se predica y se sabe que va a suceder. Y tampoco se puede pensar que una competición nacional menor a tres estrellas es sugestiva de una competición internacional de una cierta relevancia.

Evidente ejemplo acabamos de tener en el Campeonato de España en que la categoría de Juveniles era open de una estrella y la ganó un caballo (yegua) de 6 años, que compitió en pruebas de caballos jóvenes, nacionales e internacionales.
Posiblemente el diálogo se debe buscar para conseguir fines que favorezcan a la mayoría y a la disciplina. Es tan sólo una idea que a algunos puede no gustarles, pero es una opinión exclusivamente personal y de momento hay libertad de expresión y no se ofende a nadie.
